La cotidianidad del venezolano cada vez se hace más peculiar, día a día adosa mayores elementos, que lejos de brindar una mejor calidad de vida, por el contrario, ensombrece con una velocidad pasmosa la esperanza de un futuro promisorio quienes hacen vida en la patria de Bolívar.
No es sólo la letanía de tener que vivir a oscuras, es que el venezolano tiene que programar su día a día en base a horarios de racionamientos, buscando que el impacto sea lo menos traumático posible.
La peor parte de esta historia sin embargo aún está por venir.
No es sólo la letanía de tener que vivir a oscuras, es que el venezolano tiene que programar su día a día en base a horarios de racionamientos, buscando que el impacto sea lo menos traumático posible.
La peor parte de esta historia sin embargo aún está por venir.